La lectura es un aspecto clave en la formación de un niño. Los libros siempre plantean un desafío y promueven una actitud activa para el lector. Por otra parte, los niños que adquieren hábitos de lectura desde temprana edad tienen grandes posibilidades de mantenerlos en la vida adulta.
Blancanieves.
La literatura infantil no se limita a presentar los relatos: también se dedica a enseñar a través de sus textos. Por eso es muy común que los cuentos presenten moraleja, una especie de reflexión o conclusión realizada por el autor con la intención de transmitir una enseñanza.
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Otro tópico muy usual dentro de la literatura infantil son los cuentos de hadas. Desde los relatos medievales, estos seres son asociados a los hechizos o encantamientos. Con el tiempo, las historias comenzaron a incluir también a las hadas madrinas, capaces de conceder deseos con el uso de la magia.
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Muchos de los mejores relatos de la literatura infantil trascendieron en forma masiva gracias a los estudios Disney. A través de esta compañía, niños de distintas generaciones pudieron ver en acción a los personajes de “La sirenita”, un cuento de Hans Christian Andersen; “101 dálmatas”, escrita por Dodie Smith; “Bambi”, creada por Felix Salten; y “Aladino”, una de las aventuras de “Las mil y una noches”.
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Resultaría imposible enumerar todos los cuentos infantiles que han quedado en la historia de la literatura infantil. “Pinocho” (de Carlo Collodi) y “Caperucita roja” (popularizado por Charles Perrault), por ejemplo, fueron dos grandes éxitos. Lo mismo podría decirse de numerosas obras de los Hermanos Grimm, como “Blancanieves y los siete enanitos”, “Hansel y Gretel”, “La Cenicienta”, “La Bella Durmiente”, “El sastrecillo valiente”, “Rapunzel” y “Pulgarcito”, entre otras.
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Como puede verse, los niños tienen a su disposición una amplia variedad de relatos para acercarse al mundo literario. Es responsabilidad de los padres y docentes descubrir cómo propiciar el acercamiento de los más pequeños a los libros.