Si no tienen posibilidades de conseguir un ejemplar de “El último magnate”, tal vez puedan apreciar esta destacada obra del estadounidense F. Scott Fitzgerald a través de la gran pantalla, ya que en 1976 Elia Kazan dirigió la película homónima que estuvo protagonizada por Robert DeNiro.
El último magnate.
En este relato, el también creador de trabajos como “El curioso caso de Benjamin Button”, “Suave es la noche” y “Hermosos y malditos” revela los aspectos más miserables de Hollywood, un mundo que parece perfecto pero donde no todo es maravilloso. Ya lo dice el dicho popular: “no todo lo que brilla es oro”, ¿no?.
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En diciembre de 1940, la muerte le impidió al talentoso novelista nacido en Minnesota el 24 de septiembre de 1896 terminar el material, pero eso no impidió que el trabajo se diera a conocer. En 1941, su amigo Edmund Wilson recopiló el trabajo dejado por Fitzgerald y, tras aclarar en el prólogo que “el texto presentado es un borrador hecho por el autor después de numerosos cambios”, presentó en sociedad a esta propuesta que, según sus palabras, “la mejor novela que se ha escrito sobre Hollywood y la única que nos introduce en su ambiente”.
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Si les gusta la buena literatura y quieren disfrutar de una historia interesante narrada por este gran representante de la llamada “Generación Perdida” que, en más de una ocasión, demostró tener brillantes aptitudes literarias, incluyan en su orden de prioridades la lectura de “El último magnate”.