- Eu estive nos comandos. Eles não aceitam tipos feitos de
algodão em rama. Fui ferido e o trabalhinho que os médicos nazis me fizeram não
teve muita graça. Sinto-lhe as onsequências.
- Eu sei Terry. Você, sob muitos aspectos, é um tipo muito
simpático. Eu não estou a julgá-lo. Nunca o julguei. Simplesmente você já não
existe.
Já deixou de existir há muito. Está bem vestido, todo
perfumado e tão elegante como uma prostituta de cinquenta dólares.
- Isto faz parte do disfarce - respondeu-me quase
desesperadamente.
- Mas você diverte-se, não diverte?
A boca torceu-se-lhe num sorriso amargo. Depois encolheu os
ombros expressivamente, à latina.
- Claro que me divirto. Tudo quanto hoje existe é teatro.
Não há mais nada. Aqui - e bateu no peito com o isqueiro - não há nada. Eu
estou pronto, Marlowe. E já o estava há muito. Bom, parece-me que não há mais
nada a dizer.
Ele levantou-se. Eu levantei-me. Ele estendeu a mão esguia.
Eu apertei-a.
- Até à vista, Sr. Maioranos. Gostei muito de o conhecer,
apesar de o nosso contacto ter sido tão breve.
- Adeus.
Ele voltou-se, atravessou o escritório e saiu. Fiquei a ver
a porta fechar-se. Ouvi-lhe os passos afastarem-se no corredor que pretendia
ser de mármore. Tornaram-se cada vez mais fracos até que deixei de os ouvir.
Mas continuei à escuta. Porquê? Seria que eu esperava que
ele parasse de repente e voltasse para trás e falasse comigo até que eu
deixasse de me sentir como me sentia? Mas ele não voltou. Foi a última vez que
o vi.
E nunca mais vi nenhum dos outros - excepto os polícias. A
esses, ainda não se inventou um processo de lhes dizer adeus.
Titulo: O imenso adeus
Autor: Raymond Chandler
Titulo Original: The long goodbye
Tradutor: Mário Henrique Leiria
Capa: Cândido Costa Pinto
"A primeira vez que vi o Terry Lennox estava ele perdido de bêbedo dentro de um Rolls Royce último modelo estacionado à entrada do terraço do Dancers Club. O guarda do parque trouxera o carro até à entrada e segurava a porta porque o pé esquerdo de Terry Lennox ainda balouçava no exterior, como se ele se estivesse esquecido de que o tinha. Tinha uma cara jovem, mas o cabelo era branco como papel. Pelos olhos reconhecia-se que estava bêbedo até aos cabelos, mas de resto tinha um aspecto igual ao de qualquer outro tipo simpático vestindo um «smoking» e tendo gasto mais do que devia numa casa que existe precisamente para esse fim"...
CUADERNO DE BITÁCORA(de "Por los escondrijos del miedo")
El viajero se aventura a través del laberinto aunque apenas sí recuerda cuándo ni por dónde entró. Supone que el camino ha de ser un laberinto, pues adivina en lo nuevo reflejos del ayer. Mas no son reflejos amables, son vástagos del miedo pues le revelan que cae, que se derrumba hacia el centro. ¿Pero hay un centro acaso? ¿No cae hacia los bordes? Piensa entonces que le es preciso un escondite y a ratos se oculta por los rincones. Pero el miedo corre a refugiarse en sus mismos escondrijos. Piensa entonces que quizá se extravíe a la deriva y que necesita un hilo que lo guíe en el laberinto. ¿Pero dónde amarrar el hilo? Piensa entonces que siquiera el recuerdo podrá sostenerlo y, cada atardecer, escribe un cuaderno de bitácora. Éste es un cuaderno de bitácora a la deriva, el viajero escribe como el timonel que, en un mar sin una brisa, adivina que se acerca la tormenta del naufragio. Escribe con desesperación: no como el profeta, sino como el loco; no para los Dioses: para las marionetas; como la marioneta para las marionetas escribe. Y el viajero sabe a veces, pero a veces nada sabe: quién es, quiénes es. Piensa a veces que transita por Europa como una mosca por un cuerpo desnudo de mujer. Otras veces se queda contemplando las páginas en blanco del cuaderno de bitácora, sin pensar en nada, o dibujando espirales.
LAS LÍNEAS DE LA MANO (de "Por los escondrijos del miedo")
El arado de la vida trazó los surcos de nuestras palmas Y en ellos residen todos nuestros caminos. Ahí están las calles de las ciudades que recorreremos, Ahí las doncellas llorosas y los bueyes bermejos, Ahí los trenes interminables y ballenas con un arpón clavado, Ahí las carreras de los rinocerontes al otro lado del espejo, Ahí las telarañas desplegadas y los verdugos sin trabajo, Ahí los viejos huesos y los barcos sin timón. Todo se refleja en los surcos de nuestras palmas Como la imagen del abeto solitario a la orilla del lago, Y en la misma tumba nos enterrarán A nosotros y nuestras líneas, Nosotros y todos esos errores.
ULISES VUELVE A ÍTACA (de "Por los escondrijos del miedo")
Estás llegando, Ulises, a Ítaca Y miras con ansia hacia tu casa. ¿Pero sabes acaso qué hallarás? Yo, Eumeo, te lo diré: Mira qué regocijo en la que fue tu casa. ¿Quién te ha dicho que te esperan? Mira los barcos varados en la arena Y el olor a vino y fritura en las ventanas. Esto es lo que te espera, vuelto a casa: La honra del hijodalgo, camisas perfumadas, Los mismos nombres y voces cada día, Las tiernas caricias de parientes y allegados, Ajo, harina de cebada y vino aguado. Y encanecido el cabello hacerte abuelo Y morir cuando se borren las líneas de tu mano. ¿Por qué volver a Ítaca, Ulises? Sólo buitres habitan hace tiempo esta casa, No es más que punto de encuentro para aves perdidas. ¿Estás agotado? ¿Te place quizá el llanto de las plañideras? Haz caso, como las aves, al camino que marcan las estrellas Y a este viejo Eumeo que algo sabe del destino.
COPLAS PARA ESCONDER EN LOS PANTALONES (de "Yo no soy rey de Noruega")
Es Venus la primera que en el cielo se ilumina ahora se despierta el más anciano murciélago y acaricia en silencio rojas tejas, paredes grises el ave de los negros rincones va tejiendo la nueva noche
Aquí yacemos, imposible huir del castillo de las cenizas la noche, gigantesca red, se abate sobre nosotros me atrapa debajo, amarrado a la tristeza aquí yazgo y no puedo explicar qué cosa es esto
Esto es el refugio de los temores y las hierbas oscuras esto es la catedral de las lágrimas y los hombres vacíos esto es un páramo sin víspera y de breve porvenir aquí yace, vivo cadáver, lo que una vez fue un pueblo
Dicen que allá lejos nacen flores y flores a la vida pero quien llega a la cárcel ha llegado al sepulcro al monte del patíbulo de los murciélagos tejedores mirad atentamente cómo nos columpiamos
Escribo estas coplas sin luz, encerrado mientras el dolor visita las venas de mi ánimo los carceleros buscan papeles por las celdas toma, cógelo, escóndelo en tus pantalones.
EL ÁNIMO DE QUIEN HA ESTADO PRESO (de "Viejos marinos")
El ánimo de quien ha estado preso Retorna siempre a prisión. En la calle se cruza con jueces, fiscales y abogados Y los policías, aún sin reconocerlo, Lo miran más que a cualquier otro, Porque su paso no es sosegado, o bien Porque su paso es en extremo sosegado. En su corazón habita, De por vida, un condenado.
UN LARGO TREN(de "Viejos marinos")
Siempre hay al amanecer un largo tren Que parte de la estación. Una mujer mira desde la ventana, A nadie puede decir adiós. Siempre hay un corazón dividido: Una mitad se aleja con el tren La otra mitad se queda en la estación. Cae la lluvia, moja el cristal, Moja los vagones, moja las vías. El tren va siempre hacia el infierno.
DEFIENDAN SU NEGRA PAZ (de "Viejos marinos")
Defiendan su descanso sembrado de blancas palomas, Con billetes de banco y armas pesadas. Defiendan su negra libertad de Trabajar, hacer deporte, rezar, Defiendan la negra casa de su padre Para no perderse ni un folletón televisivo, Defiendan su negro sueño y que sus bellos sueños Engendren otros bellos sueños, Defiendan el sosiego de sus corazones Que perfuman hasta ahogarlos, y su fin de semana, Defiendan su negra paz Y su reloj de una única aguja: Somos hijos de alguna oscura loba, Es la hora, señálenos con su dedo índice Y que sus policías tiren contra nosotros.
PREGUNTA II (de "Viejos marinos")
El hombre se detiene En la esquina de la celda, Parece que habla solo, Pero no, hasta cuándo Le ha preguntado a una araña. La araña, de inmediato, Se descuelga y baja Por el hilo que larga, Y parece que ese largo hilo es La respuesta de la araña.
Es bello ser comunista, aunque cause muchos dolores de cabeza.
Y es que el dolor de cabeza de los comunistas se supone histórico, es decir que no cede ante las tabletas analgésicas sino sólo ante la realización del Paraíso en la tierra. Así es la cosa.
Bajo el capitalismo nos duele la cabeza y nos arrancan la cabeza. En la lucha por la Revolución la cabeza es una bomba de retardo. En la construcción socialista planificamos el dolor de cabeza lo cual no lo hace escasear, sino todo lo contrario.
El comunismo será, entre otras cosas, Una aspirina del tamaño del sol.
* Celso Emilio Ferreiro Nós queríamos libremente comer o pan de cada día. Libremente mordelo, masticalo, dixerilo sin medo, libremente falando, cantando nas orelas dos ríos que camiñam para o mar libre. Libremente, libremente nós queríamos somente ser libremente homes, ser estrelas, ser faíscas da grande fogueira do mundo, ser formigas, paxaros, miniños
José Afonso - "Alípio de Freitas" do disco "Com as minhas tamanquinhas" (LP 1976)
Baía de Guanabara Santa Cruz na fortaleza Está preso Alípio de Freitas Homem de grande firmeza Em Maio de mil setenta Numa casa clandestina Com campanheira e a filha Caiu nas garras da CIA Diz Alípio à nossa gente: "Quero que saibam aí Que no Brasil já morreram Na tortura mais de mil Ao lado dos explorados No combate à opressão Não me importa que me matem Outros amigos virão" Lá no sertão nordestino Terra de tanta pobreza Com Francisco Julião Forma as ligas camponesas Na prisão de Tiradentes Depois da greve da fome Em mais de cinco masmorras Não há tortura que o dome Fascistas da mesma igualha (Ao tempo Carlos Lacerda) Sabei que o povo não falha Seja aqui ou outra terra Em Santa Cruz há um monstro (Só não vê quem não tem vista Deu sete voltas à terra Chamaram-lhe imperialista Baía da Guanabara Santa Cruz na fortaleza Está preso Alípio de Freitas Homem de grande firmeza
Alípio de Freitas de Couple Coffee
José Afonso cantou Alípio de Freitas, agora Alípio canta José Afonso
O disco que os Couple Coffee dedicaram a José Afonso em 2007 é relançado com duas faixas extra e uma surpresa. Este domingo, no Musicbox, em Lisboa, pelas 21h30.
Quando foi lançado Co’as Tamanquinhas do Zeca!, em Abril de 2007, contou-se a história improvável dessa ligação. José Afonso tinha feito, depois do 25 de Abril, uma canção dedicada a um padre transmontano que no Brasil se tornara guerrilheiro e ali fora preso. Dizia assim: “Baía da Guanabara/ Santa Cruz na fortaleza/ Está preso Alípio de Freitas/ Homem de grande firmeza// Em Maio de mil setenta/ Numa casa clandestina/ Co’a companheira e a filha/ Caiu nas garras da CIA.” Alípio ainda ficou preso durante quase dez anos, depois tornou-se amigo de José Afonso e seguiu-o de perto até à morte. E a filha citada na canção, de seu nome Luanda Cozetti, fez-se cantora e formou com Norton Daiello, seu companheiro na vida e na música, o duo Couple Coffe. Que em 2007 gravou um disco só com versões brasileiras de canções de Zeca Afonso. Ciclo fechado.
Ou quase. Luanda evitou gravar, por razões óbvias, a canção dedicada ao pai. Tal como não gravou, por exemplo, Traz outro amigo também, que para ela tinha ressonâncias bem diferentes daqueles que teve e tem em Portugal. Passados sete anos, já com o Couple Coffee bem instalado no meio musical português, resolveram relançar o disco. E arriscar essas duas canções, com uma curiosa abordagem. Traz outro amigo também conta com a voz do próprio Alípio de Freitas que, nascido em Vinhais, em 1929, deixa ali impresso o seu sotaque transmontano e altivo. Luanda conta, agora, como correu a experiência:
“Pôr o meu pai a cantar não foi nada difícil. Há uns dois anos que estávamos com essa ideia, mas fomos enrolando. Estas duas músicas tinham ficado de fora do disco. Alípio de Freitas por aqueles motivos todos e Traz outro amigo também porque foi uma música em que eu não queria mexer. Porque, para mim, ‘aqueles que ficaram’ são os que ficaram pelo caminho. Estou cercada de defuntos, enfim. Mas achei que agora era a hora dessa canção, propus ao meu pai e ele foi profissionalíssimo, 40 minutos de estúdio e gravou tudo, cantando, falando deu uma alegria, uma dignidade à canção. Quisemos deixar a forma como ele fala, o timbre muito transmontano, ficou muito lindo assim.”
Quanto à canção Alípio de Freitas, que José Afonso incluiu no seu disco Com as Minhas Tamanquinhas, em 1976, a carga emocional que trazia consigo era imensa. “Levei oito anos para entender o que essa canção significava em Portugal”, diz Luanda. “Eu tinha uma visão minha, dolorida, e não entendia porque é que aquele refrão, que falava de tortura, era tão p’ra cima, tão alegre. Mas à medida que vamos conhecendo o Zeca percebemos que ele era de uma eficiência impressionante e eu fui entendendo a canção. P’ra mim a canção significava ‘tirem meu pai daqui, que bom que alguém se lembrou’, enquanto para Portugal era uma exortação, era quase uma canção passionária!”
Mesmo assim foi difícil, para ela, cantar. “Gravei de uma vez só, meti na cabeça que papai era o Zorro, e fui embora. O Júlio Pereira estava com medo que eu gravasse a coisa soturnamente, mas não. Cantei, só eu e o baixo (do Norton), depois o Júlio meteu o bouzouki e o cavaquinho. Ficou bonito, gostei. E acho que com isso fecho um ciclo.”
O disco Co’as Tamanquinhas do Zeca!, para além de Luanda Cozetti (voz) e Norton Daielllo (baixo eléctrico) conta ainda com os músicos Sérgio Zurawski (guitarra eléctrica) e Ruca Rebordão (percussões). Entre os dezasseis temas do disco original encontram-se temas como Tenho um primo convexo, Menino d’oiro, O avô cavernoso, Vampiros, Teresa Torga, Menino do bairro negro, Balada do Outono, Era um redondo vocábulo ou Utopia.
Nas duas faixas extra, agora acrescentadas, participaram Alípio de Freitas (voz) e Júlio Pereira (bouzouki e cavaquinho). O disco, que volta às lojas a partir de 31 de Março, será lançado este domingo com um espectáculo no Musicbox, em Lisboa, pelas 21h30. O preço da entrada (12,99 euros) dá direito a levar para casa o disco reeditado.
Alípio morreu esta semana e repousa agora no Alvito. Lembrá-lo não tem data, é coisa de hoje e do futuro.
***
Já aqui se falara dele, este ano, a propósito de uma homenagem e de um livro. Agora haverá outra homenagem, em forma de concerto, mas póstuma. Alípio de Freitas morreu. Fisicamente perdemo-lo, num final sereno, mais uma batalha por ele ganha aos males que por desumana tirania quase sempre infligem dor.
Alípio de Freitas no Alvito, em 2012 RUI GAUDÊNCIO
Quem é Alípio de Freitas? As notícias apresentaram-no como jornalista, mas isso é uma ínfima parte do seu trabalho. Porque, como escreveu anteontem a direcção da Associação José Afonso (de que foi um dos fundadores e à qual chegou a presidir), “entre muitas outras coisas [ele] foi padre, fundador das Ligas Camponesas no Brasil, militante político, cooperante em Moçambique, jornalista na Rádio Televisão Portuguesa, professor universitário. Foi, também co-fundador da Casa do Brasil em Lisboa, membro da Comissão Coordenadora do Tribunal Mundial sobre o Iraque (Audiência Portuguesa), Presidente da Direcção da Associação José Afonso.”
Nascido Alípio Cristiano de Freitas em Bragança, no dia 17 de Fevereiro de 1929, foi ordenado padre em 1952 e desde então manteve ligação estreita com as camadas mais pobres. Primeiro como pároco de Guadramil e Rio de Onor, depois no Brasil, no Maranhão, para onde foi exercer e leccionar a convite do arcebispo local. Iniciou-se na política brasileira, participando em protestos públicos e juntando-se às Ligas Camponesas, o que lhe valeu ser sequestrado pelo exército durante cinquenta dias e, mais tarde, já depois do golpe militar de 1964, preso e torturado (esses tempos recorda-os ele no livro Resistir é Preciso, com edição brasileira da Record, em 1981, e editado em Portugal este ano pela Âncora).
O acirrar da ditadura levou-o a exilar-se no México e a receber treino militar em Cuba, integrando depois movimentos guerrilheiros na América Latina e no Brasil, onde esteve preso de 1970 a 1979, período em que José Afonso, sem o conhecer pessoalmente, lhe dedicou uma canção que diz assim: “Baía da Guanabara/ Santa Cruz na fortaleza/ está preso Alípio de Freitas/ Homem de grande firmeza”. A canção, Alípio de Freitas, foi gravada em 1976 no disco Com as Minhas Tamanquinhas, mas só anos mais tarde os dois viriam a conhecer-se. Libertado no Brasil, no dia em que completou 50 anos, Alípio viria depois a trabalhar em Moçambique, em projectos agrícolas, só regressando a Portugal em 1984 (três anos antes de José Afonso morrer). Aqui foi jornalista na RTP (até 1994) e exerceu cargos em diversas associações, algumas já mencionadas, recebendo em 1996 a condecoração de Grande Oficial da Ordem da Liberdade da República Portuguesa.
Apesar do seu envolvimento em guerrilhas, no reverso de violências ditatoriais, Alípio foi sempre um humanista e o seu pensamento esteve e está (porque permanece, para lá da sua extinção física) nos antípodas das carnificinas dos terrorismos, antigos ou modernos. A sua firmeza, de que fala a canção, é a de um homem que acredita que a dignidade do ser humano pode resistir à mais bárbara das provações. No livro citado, ao descrever uma das sessões de tortura a que foi sujeito, Alípio escreveu (pág. 33): “Senti o meu fim próximo e alegrei-me. Uma alegria calma e serena de quem parte por vontade própria. A alegria do combatente que deixa o campo de batalha depois de, em luta desigual, ter derrotado a soberba dos inimigos. Assim eu partia.” Enganou-se, viveria ainda mais quase meio século. Partiu esta semana, serenamente, e os pensamentos que em 1970 dirigiu aos algozes poderia agora tê-los dirigido à doença.
No dia 17 há um concerto-homenagem no Fórum Lisboa, às 21h30, com nomes como Ariel Rodriguez, Luanda Cozetti (filha de Alípio), Filipe Raposo, Janita Salomé, Mauro Ciavattini, Nilson Dourado, Chullage, Selma Uamusse, Vitorino ou Uxia (a Galiza era outra paixão sua). Estava marcado e não foi desconvocado: ficará em sua memória. Alípio morreu no dia 13 e repousa agora no Alvito, terra à qual se dedicou e onde em vida procurou a paz. Lembrá-lo não tem data, é coisa de hoje e do futuro.
Vasco dos Santos Gonçalves (3/5/1922 – 11/6/2005) - Um Homem na Revolução e 2 poemas - Armando Silva Carvalho e Eugénio de Andrade
* Armando Silva Carvalho -NOME DE VASCO -
A tua voz excessiva tornava-os mais pequenos. Eles exigiam-te palavras untuosas, as secas flores da jactância, seu sono e alimento. A verdade saía da tua boca iluminada e eles tinham os ouvidos postos na mentira no bocejo intrigante, na fala camuflada. A tua voz recuada na origem não se perdia nos afazeres verbais da litigância não sabia a ganância. Era o vento dos pobres sobre os metais do luxo. Não te punhas a embalar o povo como à criança que tarda a adormecer. Atiravas-lhe à cara as palavras abruptas um rosto incorruptível por marés de ferrugem e gestos de morrer. A tua fronte vasta tornava-os mais pequenos. Nela despertava o susto das mães familiares, o trigo parco dos homens nas tabernas que te olhavam ingénuos vendo a seara crescer. Ao colo dos pais os meninos sorriam e os velhos viam coisas saltar dos teus cabelos. Mas eras tu que soltavas a vida amarrada a um poste como um burro de carga a vida desavinda que os enraivecia e que lhes dava um coice na pança saciada. Aqui perde-se o tempo a trabalhar as lendas. Mas o teu rosto não pode adormecer sobre a toalha tépida que tece a tua ausência onde derramo o choro e os outros vão beber. Porque o teu pulso não suportava a febre e erguia-se no ar como um pássaro agudo que respirasse os ventos antes de partir. Sobre o ladrar dos cães a tua voz alteia como a papoula que o tempo não desfolha a coluna de fogo que cai sobre a alcateia. És o lagar imenso onde as uvas fermentam sob os pés descalços e vivos da memória. És a boca que a História utilizou por boca o corredor onde o orvalho cresce entre a juventude e os homens se passeiam com trigo na cintura. Neste lugar de Inverno lembramo-nos de ti como quem desperta. Ninguém aqui precisa de recuar no tempo nem das sereias que engolem o nevoeiro. Ninguém aqui suporta que tu voltes como um Desejado com o seu cortejo de rotas feiticeiras que gritem pelo teu nome junto aos becos do mar com as suas luas gordas de saudade e preguiça. Teu nome está de pé como um mastro de cal rubra. Estás aqui, entre nós, no meio do teu País. Connosco vais contigo porque o povo assim o quis.
Cartoon de João Abel Manta
* Eugénio de Andrade - a Vasco Gonçalves
Nesses dias era sílaba a sílaba que chegavas. Quem conheça o sul e a sua transparência também sabe que no verão pelas veredas da cal a crispação da sombra caminha devagar. De tanta palavra que disseste algumas se perdiam, outras duram ainda, são lume breve arado ceia de pobre roupa remendada. Habitavas a terra, o comum da terra, e a paixão era morada e instrumento de alegria. Esse eras tu: inclinação da água. Na margem vento areias lábios, tudo ardia.
Quiero una huelga donde vayamos todos, Una huelga de brazos, de piernas de cabellos, Una huelga naciendo en cada cuerpo. Quiero una huelga De obreros De palomas De choferes De flores De técnicos De niños De médicos De mujeres. Quiero una huelga grande Que hasta el amor alcance. Una huelga donde todo se detenga, El reloj Las fábricas El plantel Los colegios El bus Los hospitales La carretera Los puertos. Una huelga de ojos, de manos y de besos, Una huelga donde respirar no sea permitido Una huelga donde nazca el silencio Para oír los pasos del tirano que se marcha.