Textos e Obras Daqui e Dali, mais ou menos conhecidos ------ Nada do que é humano me é estranho (Terêncio)
segunda-feira, 31 de janeiro de 2011
domingo, 30 de janeiro de 2011
Precisa-se dum amigo - Carlos Drummond de Andrade
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sábado, 29 de janeiro de 2011
Os amantes sem dinheiro - Eugénio de Andrade
Tinham o rosto aberto a quem passava.
Tinham lendas e mitos
e frio no coração.
Tinham jardins onde a lua passeava
de mãos dadas com a água
e um anjo de pedra por irmão.
Tinham como toda a gente
o milagre de cada dia
escorrendo pelos telhados;
e olhos de oiro
onde ardiam
os sonhos mais tresmalhados.
Tinham fome e sede como os bichos,
e silêncio
à roda dos seus passos.
Mas a cada gesto que faziam
um pássaro nascia dos seus dedos
e deslumbrado penetrava nos espaços.
Eugénio de Andrade
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RECANTO DA POESIA EM VERSO E PROSA
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sexta-feira, 28 de janeiro de 2011
Escucha mis palabras oh Señor (Salmo 5) - Ernesto Cardenal
Escucha mis palabras oh Señor
Oye mis gemidos
Escucha mi protesta
Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gángster.
No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa
Hablan de paz en sus discursos
mientras aumentan su producción de guerra
Hablan de paz en las Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra
Sus radios mentirosos rugen toda la noche
Sus escritorios están llenos de planes criminales
y expedientes siniestros
Pero tú me salvarás de sus planes
Hablan con la boca de las ametralladoras
sus lenguas relucientes
son las bayonetas...
Castígalos oh Dios
malogra su política
confunde sus memorándums
impide sus programas
A la hora de la Sirena de Alarma
tú estarás conmigo
tú serás mi refugio el día de la Bomba
Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas
tú lo bendices
lo rodeas con tu amor
como con tanques blindados.
.
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Oye mis gemidos
Escucha mi protesta
Porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gángster.
No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa
Hablan de paz en sus discursos
mientras aumentan su producción de guerra
Hablan de paz en las Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra
Sus radios mentirosos rugen toda la noche
Sus escritorios están llenos de planes criminales
y expedientes siniestros
Pero tú me salvarás de sus planes
Hablan con la boca de las ametralladoras
sus lenguas relucientes
son las bayonetas...
Castígalos oh Dios
malogra su política
confunde sus memorándums
impide sus programas
A la hora de la Sirena de Alarma
tú estarás conmigo
tú serás mi refugio el día de la Bomba
Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales
ni en sus campañas publicitarias, ni en sus campañas políticas
tú lo bendices
lo rodeas con tu amor
como con tanques blindados.
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quinta-feira, 27 de janeiro de 2011
Versos Sencillos - José Marti
Versos Sencillos PRÓLOGO A Manuel Mercado, de MéxicoA Enrique Estrázulas, del Uruguay Mis amigos saben cómo se me salieron estos versos del corazón. Fue aquel invierno de angustia, en que por la ignorancia, o por fe fanática, o por miedo, o por cortesía, se reunieron en Washington, bajo el águila temible, los pueblos hispanoamericanos. ¿Cuál de nosotros ha olvidado aquel escudo, el escudo en que el águila de Monterrey y de Chapultepec, el águila de López y de Walker, apretaba en sus garras los pabellones todos de la América? Y la agonía en que viví, hasta que pude confirmar la cautela y el brío de nuestros pueblos; y el horror y vergüenza en que me tuvo el temor legítimo de que pudiéramos los cubanos, con manos parricidas, ayudar el plan insensato de apartar a Cuba, para bien único de un nuevo amo disimulado, de la patria que la reclama y en ella se completa, de la patria hispanoamericana, — que quitaron las fuerzas mermadas por dolores injustos. Me echó el médico al monte: corrían arroyos, y se cerraban las nubes: escribí versos. A veces ruge el mar, y revienta la ola, en la noche negra, contra las rocas del castillo ensangrentado: a veces susurra la abeja, merodeando entre las flores. . ¿Por qué se publica esta sencillez, escrita como jugando, y no mis encrespados Versos Libres, mis endecasílabos hirsutos, nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de indómito amor de libertad, o de amor doloroso a la hermosura, como riachuelo de oro natural, que va entre arenas y aguas turbias y raíces, o como hierro caldeado, que silba y chispea, o como surtidores candentes? ¿Y mis Versos Cubanos, tan llenos de enojo, que están mejor donde no se les ve? ¿Y tanto pecado mío escondido, y tanta prueba ingenua y rebelde de literatura? ¿Ni a qué exhibir ahora, con ocasión de estas flores silvestres, un curso de mi poética, y decir por qué repito un consonante de propósito, o los gradúo y agrupo de modo que vayan por la vista y el oído al sentimiento, o salto por ellos, cuando no pide rimas ni soporta repujos la idea tumultuosa? Se imprimen estos versos porque el afecto con que los acogieron, en una noche de poesía y amistad, algunas almas buenas, los ha hecho ya públicos. Y porque amo la sencillez, y creo en la necesidad de poner el sentimiento en formas llanas y sinceras. José Martí Nueva York, 1981 . I-YO SOY UN HOMBRE SINCERO... Yo soy un hombre sinceroDe donde crece la palma, Y antes de morirme quiero Echar mis versos del alma. Yo vengo de todas partes, Y hacia todas partes voy: Arte soy entre las artes, En los montes, monte soy. Yo sé los nombres extraños De las yerbas y las flores, Y de mortales engaños, Y de sublimes dolores. Yo he visto en la noche oscura Llover sobre mi cabeza Los rayos de lumbre pura De la divina belleza. Alas nacer vi en los hombros De las mujeres hermosas: Y salir de los escombros, Volando las mariposas. He visto vivir a un hombre Con el puñal al costado, Sin decir jamás el nombre De aquella que lo ha matado. Rápida, como un reflejo, Dos veces vi el alma, dos: Cuando murió el pobre viejo(*), Cuando ella me dijo adiós(**). Temblé una vez —en la reja, A la entrada de la viña,— Cuando la bárbara abeja Picó en la frente a mi niña. Gocé una vez, de tal suerte Que gocé cual nunca:—cuando La sentencia de mi muerte Leyó el alcalde llorando. Oigo un suspiro, a través De las tierras y la mar, Y no es un suspiro,—es Que mi hijo va a despertar. Si dicen que del joyero Tome la joya mejor, Tomo a un amigo sincero Y pongo a un lado el amor. Yo he visto al águila herida Volar al azul sereno, Y morir en su guarida La vibora del veneno. Yo sé bien que cuando el mundo Cede, lívido, al descanso, Sobre el silencio profundo Murmura el arroyo manso. Yo he puesto la mano osada, De horror y júbilo yerta, Sobre la estrella apagada Que cayó frente a mi puerta. Oculto en mi pecho bravo La pena que me lo hiere: El hijo de un pueblo esclavo Vive por él, calla y muere. Todo es hermoso y constante, Todo es música y razón, Y todo, como el diamante, Antes que luz es carbón. Yo sé que el necio se entierra Con gran lujo y con gran llanto. Y que no hay fruta en la tierra Como la del camposanto. Callo, y entiendo, y me quito La pompa del rimador: Cuelgo de un árbol marchito Mi muceta de doctor. II-YO SÉ DE EGIPTO Y NIGRICIA... Yo sé de Egipto y Nigricia,Y de Persia y Xenophonte; Y prefiero la caricia Del aire fresco del monte. Yo sé de las historias viejas Del hombre y de sus rencillas; Y prefiero las abejas Volando en las campanillas. Yo sé del canto del viento En las ramas vocingleras: Nadie me diga que miento, Que lo prefiero de veras. Yo sé de un gamo aterrado Que vuelve al redil, y expira,?— Y de un corazón cansado Que muere oscuro y sin ira. III-ODIO LA MÁSCARA Y VICIO Odio la máscara y vicioDel corredor de mi hotel: Me vuelvo al manso bullicio De mi monte de laurel. Con los pobres de la tierra Quiero yo mi suerte echar: El arroyo de la sierra Me complace más que el mar Denle al vano el oro tierno Que arde y brilla en el crisol: A mí denme el bosque eterno Cuando rompe en él el sol. Yo he visto el oro hecho tierra Barbullendo en la redoma: Prefiero estar en la sierra Cuando vuela una paloma. Busca el obispo de España Pilares para su altar; ¡En mi templo, en la montaña, El álamo es el pilar! Y la alfombra es puro helecho, Y los muros abedul, Y la luz viene del techo Del techo de cielo azul. El obispo, por la noche, Sale, despacio, a cantar: Monta, callado, en su coche, Que es la piña de un pinar. Las jacas de su carroza Son dos pájaros azules: Y canta el aire y retoza, Y cantan los abedules. Duermo en mi cama de roca Mi sueño dulce y profundo: Roza una abeja mi boca Y crece en mi cuerpo el mundo. Brillan las grandes molduras Al fuego de la mañana, Que tiñe las colgaduras De rosa, violeta y grana. El clarín, solo en el monte, Canta al primer arrebol: La gasa del horizonte Prende, de un aliento, el sol. ¡Díganle al obispo ciego, Al viejo obispo de España Que venga, que venga luego, A mi templo, a la montaña! IV-YO VISITARÉ ANHELANTE... Yo visitaré anhelanteLos rincones donde a solas Estuvimos yo y mi amante Retozando con las olas. Solos los dos estuvimos, Solos, con la compañía De dos pájaros que vimos Meterse en la gruta umbría. Y ella, clavando los ojos, En la pareja ligera, Deshizo los lirios rojos Que le dio la jardinera. La madreselva olorosa Cogió con sus manos ella, Y una madama graciosa, Y un jazmín como una estrella. Yo quise, diestro y galán, Abrirle su quitasol; Y ella me dijo: "¡Qué afán! ¡Si hoy me gusta ver el sol!" "Nunca más altos he visto Estos nobles robledales: Aquí debe estar el Cristo, Porque están las catedrales." "Ya sé dónde ha de venir Mi niña a la comunión; De blanco la he de vestir Con un gran sombrero alón." Después, del calor al peso, Entramos por el camino, Y nos dábamos un beso En cuanto sonaba un trino. ¡Volveré, cual quien no existe, Al lago mudo y helado: Clavaré la quilla triste: Posaré el remo callado! V-SI VES UN MONTE DE ESPUMAS... Si ves un monte de espumas,Es mi verso lo que ves, Mi verso es un monte, y es Un abanico de plumas. Mi verso es como un puñal Que por el puño echa flor: Mi verso es un surtidor Que da un agua de coral. Mi verso es de un verde claro Y de un carmín encendido: Mi verso es un ciervo herido Que busca en el monte amparo. Mi verso al valiente agrada: Mi verso, breve y sincero, Es del vigor del acero Conque se funde la espada. VI-SI QUIERES QUE DE ESTE MUNDO... Si quieren que de este mundo Lleve una memoria grata, Llevaré, padre profundo, Tu cabellera de plata. Si quieren, por gran favor, Que lleve más, llevaré La copia que hizo el pintor De la hermana que adoré. Si quieren que a la otra vida Me lleve todo un tesoro, ¡Llevo la trenza escondida Que guardo en mi caja de oro! VII-PARA ARAGÓN EN ESPAÑA... Para Aragón, en España, Tengo yo en mi corazón Un lugar todo Aragón, Franco, fiero, fiel, sin saña. Si quiere un tonto saber Por qué lo tengo, le digo Que allí tuve un buen amigo, Que allí quise a una mujer. Allá, en la vega florida, La de la heroica defensa, Por mantener lo que piensa Juega la gente la vida. Y si un alcalde lo aprieta O lo enoja un rey cazurro, calza la manta el baturro Y muere con su escopeta. Quiero a la tierra amarilla Que baña el Ebro lodoso: Quiero el pilar azuloso De Lanuza y de Padilla. Estimo a quien de un revés Echa por tierra a un tirano: Lo estimo, si es un cubano; Lo estimo, si aragonés. Amo a los patios sombríos Con escaleras bordadas; Amo las naves calladas y los conventos vacíos. Amo la tierra florida, Musulmana o española, Donde rompió su corola La poca flor de mi vida. VIII-YO TENGO UN AMIGO MUERTO... Yo tengo un amigo muerto Que suele venirme a ver: Mi amigo se sienta, y canta; Canta en voz que ha de doler. "En un ave de dos alas "Bogo por el cielo azul: "Un ala del ave es negra, "Otra de oro Caribú. "El corazón es un loco "Que no sabe de un color: "O es su amor de dos colores, "O dice que no es amor. "Hay una loca más fiera "Que el corazón infeliz: "La que le chupó la sangre "Y se echó luego a reír. "Corazón que lleva rota "El ancla fiel del hogar, "Va como barca perdida, "Que no sabe a dónde va." En cuanto llega a esta angustia Rompe el muerto a maldecir: Le amanso el cráneo: lo acuesto: Acuesto al muerto a dormir. IX-QUIERO A LA SOMBRA DE UN ALA... (La niña de Guatemala) Quiero, a la sombra de una ala, Contar este cuento en flor, La niña de Guatemala La que se murió de amor. Eran de lirios los ramos, Y las orlas de reseda Y de jazmín: la enterramos En una caja de seda. Ella dio al desmemoriado, Una almohadilla de olor, El volvió, volvió casado, Ella se murió de amor. Iban llevándola en andas, Obispos y embajadores, Atrás iba el pueblo en tandas, Todo cargado de flores. Ella por volverlo a ver, Salió a verlo al mirador, El volvió con su mujer, Ella se murió de amor. Como de hierro candente, Al beso de despedida, Era su frente la frente, Que más he amado en la vida. Se entró de tarde en el río, La sacó muerta el doctor, Dicen que murió de frío, Yo sé que murió de amor. Allí en la bóveda helada, La pusieron en dos bancos, Besé su mano afilada, Besé sus zapatos blancos. De tarde al oscurecer, Me llamó el enterrador, Nunca más he vuelto a ver, A la que murió de amor. X-EL ALMA TRÉMULA Y SOLA... El alma trémula y sola(La bailarina española) Padece al anochecer: Hay baile; vamos a ver La bailarina española. Han hecho bien en quitar El banderón de la acera; Porque si está la bandera, No sé, yo no puedo entrar. Ya llega la bailarina: Soberbia y pálida llega: ¿Cómo dicen que es gallega? Pues dicen mal: es divina. Lleva un sombrero torero Y una capa carmesí: ¡Lo mismo que un alelí Que se pusiése un sombrero! Se ve, de paso, la ceja, Ceja de mora traidora: Y la mirada, de mora: Y como nieve la oreja. Preludian, bajan la luz Y sale en bata y mantón, La virgen de la Asunción Bailando un baile andaluz. Alza, retando, la frente; Crúzase al hombro la manta: En arco el brazo levanta: Mueve despacio el pie ardiente. Repica con los tacones El tablado zalamera, Como si la tabla fuera Tablado de corazones. Y va el convite creciendo En las llamas de los ojos, Y el manto de flecos rojos Se va en el aire meciendo. Súbito de un salto arranca: Húrtase, se quiebra, gira: Abre en dos la cachemira, Ofrece la bata blanca. El cuerpo cede y ondea; La boca abierta provoca; Es una rosa la boca: Lentamente taconea. Recoge, de un débil giro, El manto de flecos rojos: Se va, cerrando los ojos, Se va, como en un suspiro... Baila muy bien la española; Es blanco y rojo el mantón: ¡Vuelve, fosca a su rincón El alma trémula y sola! XI-YO TENGO UN AMIGO MUY FIEL... Yo tengo un paje muy fiel Que me cuida y que me gruñe, Y al salir, me limpia y bruñe Mi corona de laurel. Yo tengo un paje ejemplar Que no come, que no duerme, Y que se acurruca a verme Trabajar, y sollozar. Salgo, y el vil se desliza, Y en mi bolsillo aparece; Vuelvo, y el terco me ofrece Una taza de ceniza. Si duermo, al rayar el día Se sienta junto a mi cama: Si escribo, sangre derrama Mi paje en la escribanía. Mi paje, hombre de respeto, Al andar castañetea: Hiela mi paje, y chispea: Mi paje es un esqueleto. XII-EN EL BOTE IBA REMANDO... En el bote iba remando Por el lago seductor Con el sol que era oro puro Y en el alma más de un sol. Y a mis pies vi de repente, Ofendido del hedor, Un pez muerto, un pez hediondo En el bote remador. XIII-POR DONDE ABUNDA LA MALVA... Por donde abunda la malva Y da el camino un rodeo, Iba un ángel de paseo Con una cabeza calva. Del castañar por la zona La pareja se perdía: La calva resplandecía Lo mismo que una corona. Sonaba el hacha en lo espeso Y cruzó un ave volando: Pero no se sabe cuándo Se dieron el primer beso. Era rubio el ángel; era El de la calva radiosa, Como el tronco a que amorosa Se prende la enredadera. XIV-YO NO PUEDO OLVIDAR NUNCA... Yo no puedo olvidar nunca La mañanita de otoño En que le salió un retoño A la pobre rama trunca. La mañanita en que, en vano, Junto a la estufa apagada, Una niña enamorada Le tendió al viejo la mano. XV-VINO EL MÉDICO AMARILLO... Vino el médico amarillo A darme su medicina, Con una mano cetrina Y la otra mano al bolsillo: ¡Yo tengo allá en un rincón Un médico que no manca Con una mano muy blanca Y otra mano al corazón!. Viene, de blusa y casquete, El grave del repostero, A preguntarme si quiero O Málaga o Pajarete: ¡Díganle a la repostera Que ha tanto tiempo no he visto, Que me tenga un beso listo Al entrar la primavera! XVI-EN EL ALFÉIZAR CALADO... En el alféizar calado De la ventana moruna, Pálido como una luna, Medita un enamorado. Pálida en su canapé De seda tórtola y roja, Eva, callada, deshoja Una violeta en el té. XVII-ES RUBIA LA DEL CABELLO SUELTO... Es rubia: el cabello suelto Da más luz al ojo moro: Voy, desde entonces, envuelto En un torbellino de oro. La abeja estival que zumba Más ágil por la flor nueva, No dice, como antes, "tumba": "Eva" dice: todo es "Eva". Bajo, en lo oscuro, al temido Raudal de la catarata: ¡Y brilla el iris, tendido Sobre las hojas de plata! Miro, ceñudo, la agreste Pompa del monte irritado: ¡Y en el alma azul celeste Brota un jacinto rosado! Voy, por el bosque, a paseo A la laguna vecina: Y entre las ramas la veo, Y por el agua camina. La serpiente del jardín Silba, escupe, y se resbala Por su agujero: el clarín Me tiende, trinando, el ala. ¡Arpa soy, salterio soy Donde vibra el Universo: Vengo del sol, y al sol voy: Soy el amor: soy el verso! XVIII-EL ALFILER DE EVA LOCA... El alfiler de Eva loca,es hecho del oro oscuro, que le sacó un hombre puro, del corazón de una roca. Un pájaro tentador, le trajo en el pico ayer, un relumbrante alfiler de pasta y de similor. Eva se prendió al oscuro talle el diamante embustero, y echó en el alfiletero, el alfiler de oro puro. XIX-POR TUS OJOS ENCENDIDOS... Por tus ojos encendidos Y lo mal puesto de un broche, Pensé que estuviste anoche Jugando a juegos prohibidos. Te odié por vil y alevosa: Te odié con odio de muerte: Náusea me daba de verte Tan villana y tan hermosa. Y por la esquela que vi Sin saber cómo ni cuándo, Sé que estuviste llorando Toda la noche por mí. XX-MI AMOR DEL AIRE SE AZORA... Mi amor del aire se azora; Eva es rubia, falsa es Eva: Viene una nube, y se lleva Mi amor que gime y que llora. Se lleva mi amor que llora Esa nube que se va: Eva me ha sido traidora: ¡Eva me consolará! XXI-AYER LA VÍ EN EL SALÓN... Ayer la vi en el salón De los pintores, y ayer Detrás de aquella mujer Se me saltó el corazón. Sentada en el suelo rudo Está en el lienzo: dormido Al pie, el esposo rendido Al seno el niño desnudo. Sobre unas briznas de paja Se ven mendrugos mondados: Le cuelga el manto a los lados, Lo mismo que una mortaja. No nace en el torvo suelo Ni una viola, ni una espiga: ¡Muy lejos, la casa amiga, Muy triste y oscuro el cielo!... ¡Esa es la hermosa mujer Que me robó el corazón En el soberbio salón De los pintores de ayer! XXII-ESTOY EN UN BAILE EXTRAÑO... Estoy en el baile extraño De polaina y casaquín Que dan, del año hacia el fin, Los cazadores del año. Una duquesa violeta Va con un frac colorado: Marca un vizconde pintado El tiempo en la pandereta. Y pasan las chupas rojas, Pasan los tules de fuego, Como delante de un ciego Pasan volando las hojas. XXIII-YO QUIERO SALIR DEL MUNDO... Yo quiero salir del mundo Por la puerta natural: En un carro de hojas verdes A morir me han de llevar. No me pongan en lo oscuro A morir como un traidor: ¡Yo soy bueno, y como bueno Moriré de cara al sol! XXIV-SÉ DE UN PINTOR ATREVIDO... Sé de un pintor atrevido Que sale a pintar contento Sobre la tela del viento Y la espuma del olvido. Yo sé de un pintor gigante, El de divinos colores, Puesto a pintarle las flores A una corbeta mercante. Yo sé de un pobre pintor Que mira el agua al pintar,– El agua ronca del mar,– Con un entrañable amor. XXV-YO PIENSO CUANdO ME ALEGRO... Yo pienso, cuando me alegro Como un escolar sencillo, En el canario amarillo,– ¡Que tiene el ojo tan negro! Yo quiero, cuando me muera, Sin patria, pero sin amo, Tener en mi losa un ramo De flores,–¡y una bandera! XXVI-YO QUE VIVO AUNQUE ME HE MUERTO... Yo que vivo, aunque me he muerto, Soy un gran descubridor, Porque anoche he descubierto La medicina de amor. Cuando al peso de la cruz El hombre morir resuelve, Sale a hacer bien, lo hace, y vuelve Como de un baño de luz. XXVII-EL ENEMIGO BRUTAL... El enemigo brutal Nos pone fuego a la casa: El sable la calle arrasa, A la luna tropical. Pocos salieron ilesos Del sable del espanol: La calle, al salir el sol, Era un reguero de sesos. Pasa, entre balas, un coche: Entran, llorando, a una muerta: Llama una mano a la puerta En lo negro de la noche. No hay bala que no taladre El portón: y la mujer Que llama, me ha dado el ser: Me viene a buscar mi madre. A la boca de la muerte, Los valientes habaneros Se quitaron los sombreros Ante la matrona fuerte. Y después que nos besamos Como dos locos, me dijo: "¡Vamos pronto, vamos, hijo: La niña está sola: vamos!" XXVIII-POR LA TUMBA DEL CORTIJO... Por la tumba del cortijo Donde está el padre enterrado, Pasa el hijo, de soldado Del invasor: pasa el hijo. El padre, un bravo en la guerra, Envuelto en su pabellón Alzase: y de un bofetón Lo tiende, muerto, por tierra. El rayo reluce: zumba El viento por el cortijo: El padre recoge al hijo, Y se lo lleva a la tumba. XXIX-LA IMAGEN DEL REY POR LEY... La imagen del rey, por ley, Lleva el papel del Estado: El niño fue fusilado Por los fusiles del rey. Festejar el santo es ley Del rey: y en la fiesta santa ¡La hermana del niño canta Ante la imagen del rey! XXX-EL RAYO SURCA SANGRIENTO... El rayo surca, sangriento, El lóbrego nubarrón: Echa el barco, ciento a ciento, Los negros por el portón. El viento, fiero, quebraba Los almácigos copudos; Andaba la hilera, andaba, De los esclavos desnudos. El temporal sacudía Los barracones henchidos: Una madre con su cría Pasaba, dando alaridos. Rojo, como en el desierto, Salió el sol al horizonte: Y alumbró a un esclavo muerto, Colgado a un seibo del monte. Un niño lo vio: tembló De pasión por los que gimen: ¡Y, al pie del muerto, juró Lavar con su vida el crimen! XXXII-EN EL NEGRO CALLEJÓN... En el negro callejón Donde en tinieblas paseo, Alzo los ojos, y veo La iglesia, erguida, a un rincón. ¿Será misterio? ¿Será Revelación y poder? ¿Será, rodilla, el deber De postrarse? ¿Qué será? Tiembla la noche: en la parra Muerde el gusano el retoño; Grazna, llamando al otoño, La hueca y hosca cigarra. Graznan dos: atento al dúo Alzo los ojos y veo Que la iglesia del paseo Tiene la forma de un búho. XXXIII-DE MI DESDICHA ESPANTOSA... De mi desdicha espantosaSiento, oh estrellas, que muero: Yo quiero vivir, yo quiero Ver a una mujer hermosa. El cabello, como un casco, Le corona el rostro bello: Brilla su negro cabello Como un sable de Damasco. ¿Aquélla?... Pues pon la hiel Del mundo entero en un haz, Y tállala en cuerpo, y ¡haz Un alma entera de hiel! ¿Esta?... Pues esta infeliz Lleva escarpines rosados, Y los labios colorados, Y la cara de barniz. El alma lúgubre grita: "¡Mujer, maldita mujer!" ¡No sé yo quién pueda ser Entre las dos la maldita! XXXIV-PENAS... ¡Penas! ¿Quién osa decir Que tengo yo penas? Luego, Después del rayo, y del fuego, Tendré tiempo de sufrir. Yo sé de un pesar profundo Entre las penas sin nombres: ¡La esclavitud de los hombres Es la gran pena del mundo! Hay montes, y hay que subir Los montes altos; ¡después Veremos, alma, quién es Quien te me ha puesto al morir! XXXV-¿QUÉ IMPORTA QUE TU PUÑAL...? ¿Qué importa que tu puñal Se me clave en el riñón? ¡Tengo mis versos, que son Más fuertes que tu puñal! ¿Qué importa que este dolor Seque el mar, y nuble el cielo? El verso, dulce consuelo, Nace alado del dolor. XXXVI-YA SÉ: DE CARNE SE PUEDE HACER... Ya sé: de carne se puede Hacer una flor: se puede, Con el poder del cariño, Hacer un cielo,– ¡y un niño! De carne se hace también El alacrán; y también El gusano de la rosa, Y la lechuza espantosa. XXXVII-AQUÍ ESTÁ EL PECHO MUJER... Aquí está el pecho, mujer, Que ya sé que lo herirás; ¡Más grande debiera ser, Para que lo hirieses más! Porque noto, alma torcida, Que en mi pecho milagroso, Mientras más honda la herida, Es mi canto más hermoso. XXXVIII-DEL TIRANO... ¿Del tirano? Del tirano Di todo, ¡di más!; y clava Con furia de mano esclava Sobre su oprobio al tirano. ¿Del error? Pues del error Di el antro, di las veredas Oscuras: di cuanto puedas Del tirano y del error. ¿De mujer? Pues puede ser Que mueras de su mordida; ¡Pero no empañes tu vida Diciendo mal de mujer! XXXIX-CULTIVO UNA ROSA BLANCA... Cultivo una rosa blanca, En julio como en enero, Para el amigo sincero, Que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca, El corazón conque vivo, Cardo ni ortiga cultivo, Cultivo una rosa blanca. XL-PINTA MI AMIGO EL PINTOR... Pinta mi amigo el pintor Sus angelones dorados, En nubes arrodillados, Con soles alrededor. Pínteme con sus pinceles Los angelitos medrosos Que me trajeron, piadosos, Sus dos ramos de claveles. XLI-CUANDO ME VINO EL HONOR... Cuando me vino el honor De la tierra generosa, No pensé en Blanca ni en Rosa Ni en lo grande del favor. Pensé en el pobre artillero Que está en la tumba, callado: Pensé en mi padre, el soldado: Pensé en mi padre, el obrero. Cuando llegó la pomposa Carta, en su noble cubierta, Pensé en la tumba desierta, No pensé en Blanca ni en Rosa. XLII-EN EL EXTRAÑO BAZAR... En el extraño bazar Del amor, junto a la mar, La perla triste y sin par Le tocó por suerte a Agar. Agar, de tanto tenerla Al pecho, de tanto verla Agar, llegó a aborrecerla: Majó, tiró al mar la perla. Y cuando Agar, venenosa De inútil furia, y llorosa, Pidió al mar la perla hermosa, Dijo la mar borrascosa: "¿Qué hiciste, torpe, qué hiciste De la perla que tuviste? La majaste, me la diste: Yo guardo la perla triste". XLIII-MUCHO SEÑORA DARÍA... Mucho, señora, daría Por tender sobre tu espalda Tu cabellera bravía, Tu cabellera de gualda: Despacio la tendería, Callado la besaría. Por sobre la oreja fina Baja lujoso el cabello, Lo mismo que una cortina Que se levanta hacia el cuello. La oreja es obra divina De porcelana de china. Mucho, señora, te diera Por desenredar el nudo De tu roja cabellera Sobre tu cuello desnudo: Muy despacio la esparciera, Hilo por hilo la abriera. XLIV-TIENE EL LEOPARDO UN ABRIGO... Tiene el leopardo un abrigoEn su monte seco y pardo: Yo tengo más que el leopardo, Porque tengo un buen amigo. Duerme, como en un juguete, La mushma en su cojinete De arce del Japón: yo digo: "No hay cojín como un amigo". Tiene el conde su abolengo: Tiene la aurora el mendigo: Tiene ala el ave: ¡yo tengo Allá en México un amigo! Tiene el señor presidente Un jardín con una fuente, Y un tesoro en oro y trigo: Tengo más, tengo un amigo. XLV-SUEÑO CON CLAUSTROS DE MáRMOL... Sueño con claustros de mármol Donde en silencio divino Los héroes, de pie, reposan: ¡De noche, a la luz del alma, Hablo con ellos: de noche! Están en fila: paseo Entre las filas: las manos De piedra les beso: abren Los ojos de piedra: mueven Los labios de piedra: tiemblan Las barbas de piedra: empuñan La espada de piedra: lloran: ¡Vibra la espada en la vaina! Mudo, les beso la mano. ¡Hablo con ellos, de noche! Están en fila: paseo Entre las filas: lloroso Me abrazo a un mármol: "¡Oh mármol, Dicen que beben tus hijos Su propia sangre en las copas Venenosas de sus dueños! ¡Que hablan la lengua podrida De sus rufianes! ¡Que comen Juntos el pan del oprobio, En la mesa ensangrentada! ¡Que pierden en lengua inútil El último fuego! ¡Dicen, Oh mármol, mármol dormido, Que ya se ha muerto tu raza!" Echame en tierra de un bote El héroe que abrazo: me ase Del cuello: barre la tierra Con mi cabeza: levanta El brazo, ¡EI brazo le luce Lo mismo que un sol!: resuena La piedra: buscan el cinto Las manos blancas: ¡del soclo Saltan los hombres de mármol! XXXVII-VIERTE CORAZÓn TU PENA... Vierte, corazón, tu pena Donde no se llegue a ver, Por soberbia, y por no ser Motivo de pena ajena. Yo te quiero, verso amigo, Porque cuando siento el pecho Ya muy cargado y deshecho, Parto la carga contigo. Tú me sufres, tú aposentas En tu regazo amoroso, Todo mi amor doloroso, Todas mis ansias y afrentas. Tú, porque yo pueda en calma Amar y hacer bien, consientes En enturbiar tus corrientes Con cuanto me agobia el alma. Tú, porque yo cruce fiero La tierra, y sin odio, y puro, Te arrastras, pálido y duro, Mi amoroso compañero. Mi vida así se encamina Al cielo limpia y serena, Y tú me cargas mi pena Con tu paciencia divina. Y porque mi cruel costumbre De echarme en ti te desvía De su dichosa armonía Y natural mansedumbre; Porque mis penas arrojo Sobre tu seno, y lo azotan, Y tu corriente alborotan, Y acá lívido, allá rojo, Blanco allá como la muerte, Ora arremetes y ruges, Ora con el peso crujes De un dolor más que tú fuerte, ¿Habré, como me aconseja Un corazón mal nacido, De dejar en el olvido A aquel que nunca me deja? ¡Verso, nos hablan de un Dios Adonde van los difuntos: Verso, o nos condenan juntos, O nos salvamos los dos! . |
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José Marti,
Poesia
quarta-feira, 26 de janeiro de 2011
José Martí: Cultivo uma rosa branca e outros poemas
Cultura
Mais conhecido como herói cubano, José Martí era antes de tudo um poeta. Aliou seu espírito mudancista à intimidade com as palavras. Fundador da literatura hispano-americana e do modernismo na América Latina, ele deixou 507 poemas, além de novelas e dramas, que influenciaram gerações de escribas no continente. O Vermelho publica alguns dos versos de José Martí abaixo. Veja também o vídeo no qual o cubano Joseito Fernandez canta "Gantanamera", que tem a letra tirada da obra de Martí.
Cultivo uma rosa branca
Cultivo uma rosa branca,
em julho como em janeiro,
para o amigo verdadeiro
que me dá sua mão franca.
E para o cruel que me arranca
o coração com que vivo,
cardo, urtiga não cultivo:
cultivo uma rosa branca.
Do tirano
Do tirano? Do tirano
Denuncia tudo. E crava
Com fúria de mão escrava
A ignomínia do tirano.
Dos erros? De cada erro
Mostra o quanto possas,
A trilha obscura, as poças,
Do tirano e do erro.
Da mulher? Pois pode ser
Que morras de sua mordida,
Mas não entortes tua vida
Falando mal de mulher!
Sonho com claustros de mármore
Sonho com claustros de mármore
onde em silêncio divino
repousam heróis, de pé.
De noite, aos fulgores da alma,
falo com eles, de noite.
Estão em fila; passeio
Por entre as filas; as mãos
de pedra lhes beijo; entreabrem
os olhos de pedra; movem
os lábios de pedra; tremem
as barbas de pedra; choram;
vibra a espada na bainha!
Calada lhes beijo as mãos.
Falo com eles, de noite.
Estão em fila; passeio
por entre as filas; choroso
me abraço a um mármore. — “Ó mármore,
dizem que bebem teus filhos
o próprio sangue nas taças
envenenadas dos déspotas!
Que falam a língua torpe
dos libertinos! Que comem
reunidos o pão do opróbrio
na mesa tinta de sangue!
Que gastam em parolagem
as últimas fibras! Dizem,
ó mármore adormecido,
que tua raça está morta!”
Atira-me à terra súbito,
esse herói que abraço; agarra-me
o pescoço; varre a terra
com meus cabelos; levanta
o braço; fulge-lhe o braço
semelhante a um sol; ressoa
a pedra; buscam a cinta
as mãos diáfanas; da peanha
saltam os homens de mármore!
Amor de cidade grande
De orgia são e rapidez os tempos.
Corre qual luz a voz; em alta torre
Qual nave despenhada em sirte horrendo,
Some-se o raio, e em ligeira barca
O homem, como alado, fende o ar.
Assim o amor, sem pompa nem mistério,
Morre, logo que nasce, de saciado!
Prisão é a casa de pombas já mortas
E ávidos caçadores! Se tantos peitos
Dos homens se laceram, e as carnes
Rasgadas rolam na terra, não se vêem
Dentro mais que frutos esmagados!
Ama-se em pé, nas ruas, entre a poeira
Dos salões e das praças; agoniza
A flor que nasce. Aquela virgem
Trêmula que preferia dar à morte
A mão pura que a um ignorado jovem;
O gozo de temer; aquele sair
Do peito o coração; o inefável
Prazer de merecer; o grato susto
De caminhar depressa e sem desvio
Para a casa da amada, e às suas portas
Como um menino feliz romper em choro;
E o contemplar, de nosso amor ao fogo,
As rosas tingindo-se de cor,
- Serão patranhas? Pois, quem possuirá
Tempo pra ser fidalgo? Embora sinta
Qual áureo vaso ou quadro suntuoso,
Dama gentil na casa de um magnata!
Ou, se tem sede, estende o seu braço
E a taça que passa a bebe toda!
Depois, a taça turva no pó rola,
E o hábil provador – manchado o peito
Por um sangue invisível – segue alegre,
Coroado de mirtos, seu caminho!
Não são os corpos já, mas só resíduos,
E campas e farrapos! E as almas
Não são como na árvore frutos ricos
Em cuja pele macia o suco doce
Transborda quando ficam bem maduros.
- Mas fruta à venda que com brutais pancadas
O rude lavrador torna madura!
Esta é a era dos lábios ressequidos!
Das noites só de insônia! De uma vida
Esmagada antes do tempo! O que nos falta
Que a ventura não existe? Como lebre
Assustada, o espírito esconde-se,
Fugindo trêmulo ao caçador que ri,
Como em bosque selvoso, em nosso peito;
E o desejo, enlaçado na febre,
Qual rico caçador percorre o bosque.
Assusta-me a cidade! Que está cheia
De taças por esvaziar, ou taças ocas!
Tenho medo, ai de mim!, que este meu vinho
Seja peçonha, e em minhas veias logo
Qual duende vingador os dentes crave!
Tenho sede, - mas de um vinho que na terra
Ninguém sabe beber! Não padeci
Bastante ainda para derrubar o muro
Que me separa, oh dor, do meu vinhedo!
Bebei vós, mesquinhos provadores
De humanos vinhos fracos, esses copos
Onde o suco do lírio em grandes goles
Sem compaixão e sem temor se bebe!
Bebei! Eu sou honrado e tenho medo!
Meu Cavaleiro
De manhã cedo
meu pequerrucho
me despertava
com um grande beijo.
Logo montado
sobre meu peito
freios forjava
com meus cabelos.
Ébrios de gozo
tanto eu como ele
me esporeava
meu cavaleiro:
que suave espora
seus dois pés frescos!
E como ria
meu cavaleiro!
Como eu beijava
seus pés pequenos
dois pés que cabem
juntos num beijo!
Veja abaixo o cantor e compositor cubano Joseito Fernandes, que transformou em música versos de Poemas Sensillos de Martí, dando origem à talvez mais popular música latino-americana: Guantanamera. Abaixo, Joseito canta sua composição, em sua última aparição na TV.
Cultivo uma rosa branca,
em julho como em janeiro,
para o amigo verdadeiro
que me dá sua mão franca.
E para o cruel que me arranca
o coração com que vivo,
cardo, urtiga não cultivo:
cultivo uma rosa branca.
Do tirano
Do tirano? Do tirano
Denuncia tudo. E crava
Com fúria de mão escrava
A ignomínia do tirano.
Dos erros? De cada erro
Mostra o quanto possas,
A trilha obscura, as poças,
Do tirano e do erro.
Da mulher? Pois pode ser
Que morras de sua mordida,
Mas não entortes tua vida
Falando mal de mulher!
Sonho com claustros de mármore
Sonho com claustros de mármore
onde em silêncio divino
repousam heróis, de pé.
De noite, aos fulgores da alma,
falo com eles, de noite.
Estão em fila; passeio
Por entre as filas; as mãos
de pedra lhes beijo; entreabrem
os olhos de pedra; movem
os lábios de pedra; tremem
as barbas de pedra; choram;
vibra a espada na bainha!
Calada lhes beijo as mãos.
Falo com eles, de noite.
Estão em fila; passeio
por entre as filas; choroso
me abraço a um mármore. — “Ó mármore,
dizem que bebem teus filhos
o próprio sangue nas taças
envenenadas dos déspotas!
Que falam a língua torpe
dos libertinos! Que comem
reunidos o pão do opróbrio
na mesa tinta de sangue!
Que gastam em parolagem
as últimas fibras! Dizem,
ó mármore adormecido,
que tua raça está morta!”
Atira-me à terra súbito,
esse herói que abraço; agarra-me
o pescoço; varre a terra
com meus cabelos; levanta
o braço; fulge-lhe o braço
semelhante a um sol; ressoa
a pedra; buscam a cinta
as mãos diáfanas; da peanha
saltam os homens de mármore!
Amor de cidade grande
De orgia são e rapidez os tempos.
Corre qual luz a voz; em alta torre
Qual nave despenhada em sirte horrendo,
Some-se o raio, e em ligeira barca
O homem, como alado, fende o ar.
Assim o amor, sem pompa nem mistério,
Morre, logo que nasce, de saciado!
Prisão é a casa de pombas já mortas
E ávidos caçadores! Se tantos peitos
Dos homens se laceram, e as carnes
Rasgadas rolam na terra, não se vêem
Dentro mais que frutos esmagados!
Ama-se em pé, nas ruas, entre a poeira
Dos salões e das praças; agoniza
A flor que nasce. Aquela virgem
Trêmula que preferia dar à morte
A mão pura que a um ignorado jovem;
O gozo de temer; aquele sair
Do peito o coração; o inefável
Prazer de merecer; o grato susto
De caminhar depressa e sem desvio
Para a casa da amada, e às suas portas
Como um menino feliz romper em choro;
E o contemplar, de nosso amor ao fogo,
As rosas tingindo-se de cor,
- Serão patranhas? Pois, quem possuirá
Tempo pra ser fidalgo? Embora sinta
Qual áureo vaso ou quadro suntuoso,
Dama gentil na casa de um magnata!
Ou, se tem sede, estende o seu braço
E a taça que passa a bebe toda!
Depois, a taça turva no pó rola,
E o hábil provador – manchado o peito
Por um sangue invisível – segue alegre,
Coroado de mirtos, seu caminho!
Não são os corpos já, mas só resíduos,
E campas e farrapos! E as almas
Não são como na árvore frutos ricos
Em cuja pele macia o suco doce
Transborda quando ficam bem maduros.
- Mas fruta à venda que com brutais pancadas
O rude lavrador torna madura!
Esta é a era dos lábios ressequidos!
Das noites só de insônia! De uma vida
Esmagada antes do tempo! O que nos falta
Que a ventura não existe? Como lebre
Assustada, o espírito esconde-se,
Fugindo trêmulo ao caçador que ri,
Como em bosque selvoso, em nosso peito;
E o desejo, enlaçado na febre,
Qual rico caçador percorre o bosque.
Assusta-me a cidade! Que está cheia
De taças por esvaziar, ou taças ocas!
Tenho medo, ai de mim!, que este meu vinho
Seja peçonha, e em minhas veias logo
Qual duende vingador os dentes crave!
Tenho sede, - mas de um vinho que na terra
Ninguém sabe beber! Não padeci
Bastante ainda para derrubar o muro
Que me separa, oh dor, do meu vinhedo!
Bebei vós, mesquinhos provadores
De humanos vinhos fracos, esses copos
Onde o suco do lírio em grandes goles
Sem compaixão e sem temor se bebe!
Bebei! Eu sou honrado e tenho medo!
Meu Cavaleiro
De manhã cedo
meu pequerrucho
me despertava
com um grande beijo.
Logo montado
sobre meu peito
freios forjava
com meus cabelos.
Ébrios de gozo
tanto eu como ele
me esporeava
meu cavaleiro:
que suave espora
seus dois pés frescos!
E como ria
meu cavaleiro!
Como eu beijava
seus pés pequenos
dois pés que cabem
juntos num beijo!
Veja abaixo o cantor e compositor cubano Joseito Fernandes, que transformou em música versos de Poemas Sensillos de Martí, dando origem à talvez mais popular música latino-americana: Guantanamera. Abaixo, Joseito canta sua composição, em sua última aparição na TV.
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GUANTANAMERA
Original music by Jose Fernandez Diaz
Music adaptation by Pete Seeger & Julian Orbon
Lyric adaptation by Julian Orbon, based on a poem by Jose Marti
Yo soy un hombre sincero
De donde crecen las palmas
Yo soy un hombre sincero
De donde crecen las palmas
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma
Chorus:
Guantanamera
Guajira Guantanamera
Guantanamera
Guajira Guantanamera
Mi verso es de un verde claro
Y de un carmin encendido
Mi verso es de un verde claro
Y de un carmin encendido
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo
Chorus
I am a truthful man from this land of palm trees
Before dying I want to share these poems of my soul
My verses are light green
But they are also flaming red
(the next verse says,)
I cultivate a rose in June and in January
For the sincere friend who gives me his hand
And for the cruel one who would tear out this
heart with which I live
I do not cultivate thistles nor nettles
I cultivate a white rose
Cultivo la rosa blanca
En junio como en enero
Qultivo la rosa blanca
En junio como en enero
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca
Chorus
Y para el cruel que me arranca
El corazon con que vivo
Y para el cruel que me arranca
El corazon con que vivo
Cardo ni ortiga cultivo
Cultivo la rosa blanca
Chorus
Con los pobres de la tierra
Quiero yo mi suerte echar
Con los pobres de la tierra
Quiero yo mi suerte echar
El arroyo de la sierra
Me complace mas que el mar
Chorus
©1963,1965 (Renewed) Fall River Music, Inc (BMI)
. All Rights Reserved.
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Para ler e reler
22/01/2011 10h54 A edição do Prosa, Poesia e Arte de hoje, assim como a edição do Vermelho, está para ler, reler e guardar. "Quem é o ignorante que sustenta que a poesia não é indispensável aos povos?" (José Martí)
Urariano MotaRecife - PE
.
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