En 1935, seis años después de haber dado a conocer el contenido de “Adiós a las armas”, el estadounidense Ernest Hemingway, uno de los cuentistas y novelistas más sobresalientes del siglo XX, publicó “Las verdes colinas de África”, una obra capaz de cautivar a todo lector que sienta fascinación por los relatos de aventuras.
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Las verdes colinas de ÁfricaAunque describe cacerías en las selvas africanas, este material con varios años de antigüedad es mucho más que un simple texto descriptivo donde hay espacio para el safari y las experiencias emocionantes. Al describir con maestría su travesía por la región del Kilimanjaro, el autor hace de “Las verdes colinas de África” un trabajo imperdible para aquellos que no le temen a los desafíos y comparten con Hemingway el espíritu intrépido.
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Quienes amen y respeten la naturaleza quizás no aprueben el contenido de este libro, pero si dejan de lado el perfil de cazador despiadado que supo construirse el talentoso Ernest y centran su análisis en la pluma de este hombre no tendrán dudas de que “Las verdes colinas de África” es una propuesta literaria para disfrutar en más de una ocasión.
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En ella, los lectores encontrarán una novela de viajes inspirada en el safari que el autor realizó en 1933 cuando las llanuras abiertas de la sabana africana todavía era el lugar de caza más salvaje de la Tierra. Con esas vivencias como disparador de ideas, Hemingway elaboró un maravilloso texto en el cual es posible descubrir el amor por una tierra virgen y un apasionante modo de vida.
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Si ya han leído “Las verdes colinas de África” o, por no identificarse con su trama, prefieren leer otros relatos de su autoría, no olviden analizar los resúmenes de “Fiesta”, “El viejo y el mar”, “París era una fiesta” o el de “Por quién doblan las campanas”.
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